jueves, 28 de junio de 2012

Una madre británica presenta a su hija de 23 meses a un concurso de belleza -miriam-

A punto de cumplir los dos años, 24 meses de edad, Eleanor June, es una consumada modelo a quien su madre maquilla, viste y prepara para subirla a la  pasarela del concurso de belleza, 'Mini Princesa del Reino Unido'. Será este verano en el condado de Leicester en un programa de una televisión británica en el que la niña competirá junta a otras entusiastas de la moda y la belleza menores de trece años.
                      
                        Una madre británica presenta a su hija de 23 meses a un concurso de belleza
El asunto ya ha levantado ampollas en la sociedad y en los medios de comunicación de ese país tal y como informa el Daily Mail. Los organizadores reconocen que ya han recibido multitud de quejas de activistas contrarios a estos concursos en los que se exhiben menores desfilando con tacones y en bikini ya que son el "paraíso de los pedófilos".

Pero su madre no lo ve así. Robyn Sutherland está convencidad de que su hija nació para el mundo de la moda y el glamur. De hecho afirma que a Eleanor, "le encanta usar maquillaje" y no entiende el motivo de esta polémica, "no veo el por qué de tanto alboroto". "No hay nada malo en ello. Las niñas siempre han querido vestirse con ropa bonita y maquillarse como lo hacen sus mamás. ¿Qué hay de malo en querer ser una princesita por un día?", se cuestionaba Robyn que ejerce de madre a tiempo completo.

En su fuero interno, esta madre sí es consciente de las fuertes críticas que van dirigidas contra las madres que manipulan a sus hijos para que participen en concursos como estos. Por ello, Robyn se defiende afirmando que, "yo no soy una de esas madres terribles que está al lado del escenario gritando y dándole ordenes a su hija". "De hecho, añade, Eleanor, puede decidir si quiere usar maquillaje o no".

Viendo la relación entre madre e hija, uno no sabe si Robyn juega con su hija o es una muñeca 'especial'. El universo entre ambas está siempre relacionado con la moda y el maquillaje. según Robyn. Eleanor, "es una niña muy femenina. Usa esmalte de uñas todos los días. De hecho, cuando vamos de compras, siempre me lleva a los mostradores de cosmética, en dónde está estos productos, y allí se pone con las manos extendidas". "Ella adora los colores brillantes -en especial el pintalabios de color rosa. También le gusta llevar el pelo bien peinado, cepillado y alisado con tenazas. Por suerte ella tiene un rubio natural, pero para el concurso -para lograr el estilo Dolly Parton- le hacen falta extensiones.

Dura competencia

Cuando en junio su hija sea juzgada en el concurso, Robyn cree que todo habrá merecido la pena. Ella desmiente el contenido sexual de estos consursos pues está convencida de que, "es mucho más probable de que sean observadas por un pedófilo en una playa", que en estos encuentros llenos de madres y niñas. También tiene en cuenta el tiempo que pasa con ella y el dinero invertido. Robyn está convencida que es una madre excelente porque pasa muchas horas junto a su hija hablando con ella, vistiéndola, maquillándola, preparándola para este acontecimiento en su vida, "cuando la peino, cuando la maquillo o la pinto la uñas, eso es tiempo de calidad que pasamos juntas y creo que eso es ser una buena madre, no una mala madre. Y creo que mi hija así lo ve también".

Al igual que muchas otras madres, Robyn, sigue proyectando en su hija una visión infantil de la maternidad, "siempre había soñada con tener una niña para vestirla y Eleanor es tan linda, -ella es como una muñeca que hubiese recobrado la vida- y me encanta ir de compras para ella", admite.

El tema de los gastos es una cuestión importante. Vestir y llevar a la moda a Eleanor cuesta por término medio a Robyn unos 
186 euros semanales, algo que no encuentra excesivo. Pero con la llegada del concurso, éstos se incrementarán bastante. Tanto que llegarán casi a los 500 euros.

¿Qué piensa su padre?

Pero, ¿tiene padre Eleanor June? Sí, Rees Andrew es el progenitor de la niña-modelo y mira con cierta preocupación el presente de su hija. Le angustia que esté perdiendo su infancia creciendo demasiado rápido y que estén tomando decisiones por ella sin su consentimiento. No le gusta que vaya tan maquillada ni que le perforen las orejas para que lleve pendientes y cree que lo mejor es que vistiese como cualquier niña de su edad. Sobre los concursos de bella norteamericanos se muestra despectivo ya que los considera "superficiales".

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